Lo más positivo del boxeo, además de los beneficios que conlleva realizar cualquier deporte, es que se aprovechan sus cualidades para que tanto los hombres como las mujeres lo practiquen para mejorar en aspectos como la coordinación, agilidad y potencia.
Los orígenes de este deporte se remontan al año 6000 a.C. en Etiopía donde ya existían combates entre púgiles de la época. Los romanos y los griegos también lo hicieron suyo y lo incorporaron a los juegos olímpicos. Ya en la época más moderna, las normas cambiaron y en 1714 se establecen las primeras reglas. Desde entonces ha ido evolucionando hasta tener grandes seguidores y mover muchas pasiones en determinados países. La misma pasión que genera en sus fieles seguidores es la que genera en quien lo prueba ya que, según dicen, te engancha.
Un deporte con muchas ventajas
Si se valora desde un punto de vista fisiológico, ayuda a desarrollar muchas habilidades. Ponerse los guantes no significa sólo “golpearle al saco de boxeo”. Detrás de ello hay horas de entrenamiento físico y técnico, lo que lo convierte en una disciplina muy completa.
Al ser un ejercicio aeróbico, el sistema cardiovascular y respiratorio verán incrementada su capacidad a medida que se evolucione. No es fácil estar el rato que uno está entrenando, moviéndose sin parar sea delante del saco o bien saltando a la cuerda, que es también parte de este entrenamiento. Conseguir un fondo físico adecuado para ser capaz de afrontar una sesión de boxeo no es fácil pero es un objetivo alcanzable.
Esta ventaja a nivel aeróbico, es fundamental para aquellos que buscan en el boxeo un complemento al entrenamiento para perder peso y ponerse en forma. Ésta, entre otras, es una de las razones que ha popularizado a este deporte y ha hecho que se incorporara a los servicios que ofrecen muchos centros deportivos. Hombres y mujeres que buscan una actividad diferente que no sólo les haga sudar la camiseta para perder sino que les aporte algo más y que les ayude a conseguir su objetivo.
Por lo que respecta a la fuerza, las pesas también se incluyen en la rutina. Evidentemente al nivel y capacidades de cada uno, pero con ello se consigue mejorar un aspecto en el que no siempre se trabaja y que permite estar en mejor forma física.
Para practicar el boxeo se requiere de cierta destreza pero ésta se puede conseguir con perseverancia, cualidad que sueles adquirir tras una y otra clase. La agilidad y la coordinación son fundamentales. ¿Quién no ha visto nunca la capacidad de esquivar un “derechazo” o el movimiento constante de las piernas de los púgiles cuando están subidos al ring?. Esos mismos movimientos hay que aprenderlos y ello requiere de práctica.
Si además de pensar en nuestro cuerpo pensamos en nuestra mente, el boxeo es ideal para descargar tensiones y liberar adrenalina, eso sí, teniendo muy claro que hay que hacerlo correctamente para evitar lesionarnos.
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